Invertir en bienes raíces suele ser un proceso bastante largo. Desde el momento que se toma la decisión, hasta el día del cierre de la venta, nos pueden pasar por la cabeza cientos de dudas que nos hacen replantear si estamos tomando el camino correcto.
Tener claro nuestro presupuesto
En primer lugar, debemos tener muy claro nuestro presupuesto. Los números son los que guiarán el proceso de búsqueda en bienes raíces; si necesitamos o no hipoteca, qué tanto dinero necesitamos para el enganche y cuánto podemos pagar de cuota mensual son preguntas que necesitamos hacernos antes de empezar a visitar viviendas o posibles proyectos. Además, no nos podemos olvidar de todos los gastos legales en la compra de bienes raíces (IVA, Timbres Fiscales, pagos de escrituración, etc.).
Flexibilizarnos ante posibles oportunidades
Cuando tenemos el aspecto financiero definido, debería ser mucho más fácil saber qué tipo de propiedad buscaremos. Creemos que encontraremos una casa o apartamento con el número exacto de habitaciones, baños, balcones, con el color de porcelanato que más nos gusta… y ese día nunca llega. Aunque el mercado de bienes raíces en el país crece exponencialmente, ofreciéndonos cada día más opciones de vivienda, a veces podemos cerrarnos ante posibles oportunidades porque no cumplen ciertos requisitos. Mantener la mente abierta y flexibilizarnos ante aspectos de una propiedad que no son esenciales para nosotros amplía las posibilidades de encontrar nuestro hogar «perfecto».
Superar las dudas finales
Aun así, es normal seguir teniendo dudas aun en los momentos finales de la compra de bienes raíces. Sin importar el momento en la vida en el que nos encontremos, probablemente será una de las inversiones más grandes que haremos, si no es que la más grande. Esta decisión requiere mucha planeación, tiempo y puede sentirse muchas veces como un paso en falso. Después de todo, es un compromiso que cargaremos durante muchos años. Aparte de todo lo anterior, lo que más nos ayudará a mantener los miedos a raya cuando compremos nuestra primera propiedad será pensar en cómo años de trabajo y ahorros habrán valido la pena cuando estemos decorando las paredes de nuestro hogar. La tranquilidad que se siente al estar seguros del lugar donde decidimos construir el resto de nuestras vidas eliminará todos los temores que nos preocupan ahora.