Después de cuidarla muchos años, cuidarla cuando necesitaba reparaciones y llegar a sentirla como parte de ti, al fin llegó el día: decidiste vender tu casa.
1. Límpiala profundamente (las veces que sea necesario)
La limpieza no es negociable en el momento de vender tu casa. Un espacio sucio difícilmente será atractivo para los compradores, sin mencionar que probablemente dará la impresión de que los dueños actuales no cuidan apropiadamente de la propiedad. Una limpieza profunda es esencial para ofrecer una casa en venta, igualmente mantenerla durante los días o semanas que esté en el mercado.
2. Despeja el interior lo más que puedas
Es normal que ciertas cosas se acumulen dentro de tu hogar: los juguetes y papeles viejos hacen parte del día a día dentro de tu casa. Pero, si quieres venderla, es recomendable guardar todo aquello que pueda ser distractor para un visitante. Tener una gran cantidad de cosas a la vista hace ver a tu casa más pequeña y esto puede ser contraproducente. De igual manera, debes considerar pintarla de colores claros y frescos que le aporten luminosidad y amplitud al espacio.
3. Una casa sin personalidad
En el momento en el que tomas la decisión de vender tu casa, es importante que pienses cada uno de los detalles que mostrarás de ella objetivamente. Entendemos que después de esmerarse durante años por hacer que cada rincón de una casa tenga un fragmento de ti deshacer todo ese esfuerzo puede sonar amargo. Pero todas las fotos familiares y demás decoraciones que vuelven tu casa algo personal no ayudan a que quienes estén interesados en comprarla se visualicen en ella. Piensa en cómo, cuando tú la compraste, viste todo el potencial que tenía; lo ideal es que ayudes a los posibles compradores a visualizarlo también.
4. Unas buenas fotos hacen la diferencia
No es necesario que contrates a un fotógrafo profesional, pero unas fotos de buena calidad ayudan a visibilizar tu casa en los catálogos y páginas de bienes raíces. Trata de tomarlas con luz natural y, como te explicamos en los dos puntos anteriores, mantener la decoración lo más minimalista posible. Deja que tu casa destaque por sí sola.
5. ¡No intentes arreglar todo!
Por último, puede que en un intento de mejorar lo que más puedas de la casa consideres invertir en algunos arreglos, para poder pedir un poco más por ella. Aunque algunos pueden ser necesarios (como cubrir imperfecciones en las paredes o cambiar azulejos partidos) es mejor que guardes el tiempo y el dinero de las remodelaciones para las de tu nuevo hogar.